La segunda parte de la historia de perseverancia y valentía de una mamá primeriza por 2, si también estas interesada en contar tu historia puedes escribirme aquí.
Leer primera parte aquí.
Los dejo con la lectura…
Ha pasado mucho tiempo, las niñas han crecido, hace 9 meses tome la decisión de no renunciar a mi profesión y a mis sueños, de no dejar morir esta área de mi vida sin haberla realmente empezado. Los papeles han cambiado, mis niñas se quedaron en casa con papá y mamá viajo a otra ciudad por razones de trabajo. Afortunadamente están bien gracias al cuidado del papá, de mi familia y desde la distancia también de mí.
Sin embargo, nuevamente se escuchó un aterrador ¡urgencias!, el cual me negó regresar a casa en la fecha pactada con mis hijas, tuve que tomar la decisión de quedarme en la ciudad donde estoy, y ahora sin trabajo. ¡Qué ironía! por el proceso de paz el estado recortó el presupuesto de la entidad y no hay presupuesto para más contratos.
Además de la enfermedad debo luchar por conseguir atención médica debido a la situación del sistema de salud de mi país y a que la entidad de salud lleva más de 5 meses sin operador… Pese a eso estoy agradecida con Dios, que permitió que escuchara a mi cuerpo y fuera a tomarme unos exámenes particulares, en donde se encontró en mi cuerpo un tumor supuestamente maligno, cáncer… ¡Uff! (suspiro) siento emociones encontradas, pero estoy segura del gran amor de Dios en mi vida.
Agradezco cada día ser mama primeriza*2, por cada día de vida y por esas situaciones que buenas o malas han hecho la persona que soy hoy. Ser mamá de dos hijas y llevar una vida profesional no es fácil pero tampoco es imposible y eso lo he aprendido. Ser mamá de dos hijas y tener problemas de salud tampoco es fácil, pero tiene una ventaja: Ellas se vuelven en un gran motivador para seguir viviendo.
Me quedo con una frase que le escuche mencionar a una mamá primeriza «no hay errores, solo experiencias» con las que busco mejorar cada día, continuo luchando por el sueño de estar con mi esposo y mis hijas, de trabajar y disfrutar con ellos en familia, de viajar, de escuchar historias de mujeres que cómo yo queremos seguir adelante como mamá sin dejar nuestras metas atrás.
Continuo en mi cuento de hadas, aunque no sea cuento ni halla hadas.