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Advertencia: Soy una mamá geek, ingeniera, diseñadora, fan de la tecnología… algunas partes de la historia pueden contener detalles específicos de la profesión, son pocos.


Hace ya un tiempo escribí sobre lo difícil de balancear ser mamá y ser profesional (pueden leerlo aquí), en ese momento mencioné que renuncie al empleo formal (ese con contrato definido, responsabilidades claras, una empresa que mes a mes te da un sueldo, seguro de salud, bono de fin de año, fiesta de fin de año, etc.) y que me decidí por emprender. Hoy después de un poco más de un año, quiero contarles cómo me ha ido en esto de emprender y ser mamá primeriza.

profesional - mamá primeriza

Parte 1: La renuncia

Ya desde hace unos años había querido renunciar a la empresa donde estaba, tenía varias razones, pero supongo que todas se resumen en que los caminos de la empresa y el mío ya no eran los mismos. Sin embargo, el miedo a no encontrar una empresa con los beneficios a los que me había acostumbrado no habían hecho que tomará esa decisión antes y me moviera sencillamente a otro empleo. También pensé en emprender (en esa época no tenía a mi peque) pero el miedo a enfrentarme a ese mundo tiempo completo era peor.

Por eso cuando renuncie me sorprendí a mi misma, estaba impactada de haberlo hecho, de haber dejado esa ‘zona de confort’ y hacer cosas que en definitiva no hubiera sido capaz de hacer. ¿Qué paso en ese momento? Aún me lo preguntó, porque como una amiga me lo advirtió, hay días que uno se arrepiente de hacerlo, ¡ey! pero también hay días que no. Sospecho que lo que sucedió hace un poco más de un año, es que había una segunda y muy importante razón de querer re ajustar como gastaba mi tiempo… y esa es mi peque.

Las veces que quise renunciar y salir de mi zona de confort por un motivo netamente profesional, no me atreví. Hace un poco más de un año renuncié porque había dos motivos que me daban coraje para hacerlo:

  • Crecer profesionalmente: pero no me refiero a ser multimillonario o a ser el CEO o buscar un rol de más prestigio… lo que yo quería era hacer lo que me apasiona y poder seguir aprendiendo sobre eso. Me encanta diseñar productos digitales, va más allá de desarrollar o diseñar o de usabilidad… me encanta analizar situaciones en donde la tecnología puede ayudar.
  • Tener más tiempo para estar con mi hija: es la razón que me inclinó (como a muchas madres) por el emprendimiento, no busco fama y fortuna con esto (claro que el sueño de todos en tecnología es ser Jobs o Mark) pero si lo que busco es manejar el tiempo de manera independiente, poder disfrutarla y poder estar ahí para ella.

¿Qué paso en ese entonces?

Cuando tuve a la peque yo aún estaba trabajando como empleada, tuve la gran fortuna de tener licencia de maternidad (3 meses y medio) más vacaciones… fueron 4 meses y medio dedicados a mi hija… creo que al final de ese tiempo fue cuando empecé a escribir este blog. Estas dedicada a esta nueva labor y constantemente estas aprendiendo, pero también estuve tranquila porque mes a mes seguía llegando el sueldo. Pero después, al volver a trabajar, empiezan los cambios. Eso sí, tuve una gran cuidadora de la peque en ese año y medio que seguí de empleada, la abuela hizo una gran labor, posiblemente mejor que la mía.

Sin embargo, para mi, las cosas no eran tan claras, no sé cómo lo llamen ustedes, yo lo llamo la naturaleza, esa sensación de que las prioridades no son las mismas que antes, que pasar más tiempo en el trabajo que en tu casa se siente más difícil, que ese estrés acumulado por situaciones laborales ya no es tan justificado para uno, etc. Y empiezas a notar como el mundo laboral hoy en día no es muy alineado con la paternidad, por ejemplo, al principio eran comprensivos con las citas de control de pediatría de la peque, poco a poco te iban sugiriendo que esas citas eran mejor hacerse fuera del horario laboral y así cada vez vas notando cosas, que claro, antes no sucedían porque sencillamente no eras padre.

Y es que ser madre no solo me ponía a pensar en tener más tiempo para ser madre, sino también me a hecho darme cuenta lo valioso que es el tiempo y que cuando lo gastemos sea valioso de verdad. Y también empecé a darme cuenta que el dinero y los beneficios ya no eran más importantes que esforzarte por cumplir los sueños (¡ojo! en la parte 2 les contaré lo duro que ha sido lo contrario: luchar por tus sueños sin mucho dinero), y que a veces crecer como profesional no significa crecer en jerarquía o en sueldo. En conclusión, ser madre me enseño que lo que quiero para la peque también lo debo aplicar yo, y que sí quiero que ella luche por sus metas y alcance sus sueños entonces debo ser buen ejemplo y buscarlos también.

Pero no es una decisión que se tome sola, es importante la co-responsabilidad, lo hablamos y hablamos con mi esposo, y debo decir que sin su apoyo no hubiera sido posible. Desde hace varios años queríamos emprender, de hecho, nuestra empresa la fundamos en el 2012 y compramos el dominio web en ese entonces, tenemos claro desde hace un tiempo que la jubilación es algo que cada día es menos probable para nuestras generaciones y que debemos hacer algo propio que en el futuro sea un respaldo, nuestra solución siempre ha sido tener nuestra propia empresa, con los pros y contras que nos han dicho eso lleva. Pudo pasar que él fuera quien renunciará y buscará el sueño, y en el camino compartir más con la peque (le hubiera ido mejor en la parte de la comida porque el es mejor chef que yo) pero como mencioné, la que ya había terminado su historia con la empresa era yo… él aún tenía mucho por hacer y aprender donde estaba.

Si el mundo laboral me hubiera dado opciones para trabajar como empleada (en mi profesión y rol) y tener más tiempo para mi hija tal vez no hubiera emprendido. Si no hubiera querido emprender desde antes de la peque, tal vez no hubiera renunciado para buscar más tiempo con ella. Los dos motivos fueron igual de importantes.

¿Y después de renunciar?

Volver a escalar otra montaña, cuando ya estaba relajada en una parte semi plana, no es para nada fácil. Una vez renuncié, dejé un estilo de vida que me daba cosas muy buenas y de un momento a otro ya no iba a tener.

Un nuevo estilo de vida, ser madre tiempo completo y emprender en el mundo del desarrollo de productos digitales no ha sido fácil…

Continuará en la parte 2: un nuevo estilo de vida.


¿Tú has renunciado también? Comenta y cuéntanos.

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